Durante la jornada matutina del viernes 1 de noviembre se realizó una breve celebración en la que participaron los pequeños de las salitas de 3 y 4 años con sus trajes de diferentes santos. Agradecemos la participación de la docente Victoria Tamaño que con su guitarra nos regaló una hermosa canción.
Los alumnos de 3er año junto a la docente Carolina Villabona realizaron las coronas de adviento para llevar a sus hogares.
Luego nos podés enviar la foto del rompecabezas armado a colegiosanjoseguay@gmail.com Por supuesto que con tu nombre y curso. ¡Nosotros elegiremos el más lindo!
Querida familia:
El siguiente rosario fue realizado con los chicos de 6°. Los invitamos a todos a unirnos en oración junto a las intenciones del Santo Padre Francisco. Caminemos hacia Jesús junto a María.
Seño Rosario Morlans, gracias por compartir con nosotros las preciosas escarapelas de tus alumnos, también agradecemos a los peques , a sus papás y mamás .
¡¡¡Gracias!!! Benicio Caminos de 3° "B", Ona Perchivale De Zan 1° "C",Jazmín Alessandri 1° "C", Ana Clara Barrera 1° "C", Bastian Franco 1° "C", Genaro Nuñez 1° "A", Trinidad Dumon 1° y Máximo Dumon Jardín de 3 años, Leonela y Morena Esbobar de 3° y 1° grado, Anabella Dutra 1° "C", Evaristo Portaluppi, Joaquín Cobas 1° "C", Bautista Carbone 1° "B"
Seño María Sol Savignon también ha compartido la foto de sus jardineritos mostrándonos hermosas escarapelas.
Seños María Noel y Betiana de salitas de 4 compartieron trabajos. ¡Gracias! ¡Hermosos!
Aprender jugando.Juegos ingeniosos para poner en práctica en días de cuarentena en familia. ¡Mirálos están buenísimos y originales!
1er. juego :Desde los 10 años en adelante.
2do. juego: Desde los 4 años.Recomendado para fines de semana. El piso es lava (con variantes interesantes)
3er. juego:Para todas las edades (Preferible a partir de 7 años). Frasco de consignas.
4to. juego: Para chicos que ya saben escribir y para jugar en familia. "VIVÍ, VIVÍ".
5to. juego: De roles. Mínimo cuatro personas. A partir de 4 años.
6to. juego: A partir de 7 años de edad con dispositivo para sacar fotos.
7mo. juego: para todas las edades. Escribiendo y dibujando para quienes no saben escribir todavía.
https://www.instagram.com/tv/B_5Yc76DQNm/?igshid=11pecpo0u1bfy
Aprendemos jugando. Pedile a mamá que no tire la cáscara de los huevos , juntá tierra y semillitas de alpiste o porotos y te proponemos hacer este hermoso germinador. Cuando lo termines sácale una foto y mándalo a colegiosanjoseguay@gmail.com
¡Así elegimos el mejor! Eso sí, todos los días tenés que controlar que la tierra esté húmeda y ponerlo un rato al solcito.
Abriendo estos links podés encontrar hermosas actividades para jugar, divertirte y aprender.
En las fotografías podemos ver a distintos grupos de 1er y 4to grado y salita del jardín de la Seño Valen, escuchando atentamente la lectura de cuentos realizadas por mamás, papás y seños que se han ofrecido voluntariamente para leer en nuestra biblioteca escolar.
Gracias Seño Ana Claudia Ciancio, bibliotecaria de nivel primario por compartir con nosotros las fotos y gracias Seño Raquel, papás y mamás lectores, por enseñar a los pequeños con el ejemplo y resaltar la importancia de la lectura.
· aprenden la educación y la cortesía en casa principalmente así que somos los padres los principales responsables.
El civismo y la buena educación son valores principales para la convivencia. De forma cotidiana encontramos conflictos vecinales o entre compañeros de trabajo muchos de los cuales tienen que ver con la falta de educación y de respeto entre los individuos. La cortesía y los buenos modales en nuestra vida cotidiana nos permitirán educar a nuestros hijos en el respeto.
Si bien la buena educación debe trasmitirse en todo el entorno del niño, es en el núcleo familiar donde comienza y donde existe mayor capacidad de influencia, por
lo que es responsabilidad de los padres trasmitírselo a sus hijos. Pero, ¿cómo podemos hacerlo sin perder la paciencia?
Para conseguirlo hay que basarse en cinco pilares básicos
1. Dar ejemplo: Si los niños ven cómo los miembros de su entorno se comportan educadamente, piden las cosas por favor y dan las gracias, ellos aprenderán por imitación.
Así, no se trata sólo de comportarse de este modo con los adultos, sino también con nuestros hijos, aunque sean pequeños.
2. Enseñarles directamente: Tantas veces como los pequeños dicen palabras como ‘haigan’ o ‘escribido’ les corregimos, del mismo modo, tantas veces como llegamos a un lugar o
salimos de él les podemos indicar que saluden o que den las gracias cuando reciben un regalo o un cumplido. De todos modos, hemos de tener en cuenta que en niños muy pequeños puede que la
timidez les coarte por lo que no debemos obligarlos de forma coactiva, sino decírselo en cada ocasión posible para que lo aprendan. No dudes que con la edad se verán los
resultados.
3. Refuerzo positivo: Cuando el niño ponga en práctica lo aprendido y se comporte educadamente debemos elogiarlo y reconocer el mérito. Esto le hará sentir bien y procurará
repetir el comportamiento.
4. Corregir: Cuando el pequeño se olvide de dar las gracias o se niegue a saludar hay que corregir ese comportamiento, indicándole cuál es el correcto. Sin embargo, es
necesario medir nuestras palabras para que el niño no se sienta avergonzado en público.
5. Constancia y cotidianidad: En cuestiones como pedir permiso o comportarse a la hora de comer, es fundamental que para el menor sea una actividad cotidiana. No podemos
pretender que sea educado en un restaurante y coma con la boca cerrada si en casa le permitimos comer de cualquier modo.
fuente: www.mujerhoy.com
Ante esta realidad, Bosco Torremocha, director ejecutivo de laFederación Española de Bebidas Espirituosas (Febe), muestra también su preocupación por los menores que beben todo tipo de bebidas alcohólicas al asociarlas a su momento de ocio, y no ven un riesgo en esta conducta. «Existe una percepción entre los menores de que el alcohol es un producto sin riesgos, muy accesible y normalizado en nuestra sociedad».
Con el objetivo de poner freno a esta situación, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI) y la Federación Española de Bebidas Espiritosas (FEBE) han puesto en marcha una serie de iniciativas dentro de la campaña «Menores ni una gota», destinadas a luchar contra el consumo en menores de edad.
«Se trata de una campaña de sensibilización contra el consumo de alcohol en menores que tiene como objetivo informar y sensibilizar a la sociedad sobre este problema para poder prevenirlo y retrasar la edad de inicio en el consumo de alcohol —explica Bosco Torremocha—. Hemos consensuado una campaña con un enfoque fundamentalmente educativo porque creemos que es la vía más efectiva para hacer llegar nuestro mensaje que es claro “Con los menores solo es posible un consumo cero de alcohol”. Sin matices. Y damos argumentos, consejos y explicaciones tanto dirigidas a los menores como a adultos».
Entre las iniciativas puesta en marcha para lograr este objetivo, destaca la guía «Más de 100 razones para que un menor no beba alcohol», escrita por la reconocida psicóloga y educadora de menoresRocío Ramos-Paúl —más conocida como Supernanny—, con una perspectiva educativa y preventiva.
La guía está disponible en formato descargable en la webwww.menoresniunagota.es donde además, los interesados podrán encontrar diversas alternativas de ocio saludable con planes culturales, deportivos, musicales, etc.
A lo largo de sus páginas, padres y educadores encontrarán hasta 100 razones para que un menor no beba alcohol planteadas desde la perspectiva vital de los menores de edad con la intención de facilitar el diálogo y la negociación entre el adulto y el menor. Así, la guía ofrece la posibilidad de escoger la razón o razones más adecuadas en función de la edad (12-18 años), características personales y situaciones que se planteen.
Otra de las propuestas se ha denomiinado las Ciudades en Red, una red colaborativa que agrupará a aquellas entidades públicas y privadas que se sumen al objetivo de la campaña: la promoción del consumo cero en menores. Recién activada, Ciudades en Red ya cuenta con la adhesión de las ciudades de Granada, León Jerez de la Frontera y Huelva así como de la Asociación Española de Ciudades del Vino, ACEVIN y el Recreativo de Huelva.
«Para nosotros la única forma de cambiar hábitos es la Educación. Ninguna ley, por amplia que sea, va a evitar por sí sola que los jóvenes beban o que los menores accedan al alcohol. Disminuir la disponibilidad de alcohol mediante leyes determina probablemente una disminución del consumo, pero en ningún momento supone una solución al problema. Es la sociedad en su conjunto, y todos los agentes implicados – Administración, Familias, Comunidad Educativa, Colectivo médico, industria etc. - los que tienen que implicarse para solucionar este problema», concluye Bosco Torremocha.
101 medidas
Colegio San José
Por Fernando Pascual - fpa@arcol.org
Cada familia cristiana es una “comunidad de vida y de amor” que recibe la misión “de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa” (Juan Pablo II, “Familiaris Consortio” n. 17). Es una comunidad que busca vivir según el Evangelio, que vibra con la Iglesia, que reza, que ama.
Para vivir el amor hace falta fundarlo todo en la experiencia de Cristo, en la vida de la Iglesia, en la fe y la esperanza que nos sostienen como católicos.
En estas líneas queremos reflexionar especialmente sobre la responsabilidad que tienen los padres en el cultivo de la fe en la propia familia. No sólo respecto de los hijos, sino como pareja, pueden ayudarse cada día a conocer, vivir y transmitir la fe que madura en el amor y lleva a la esperanza.
Los hijos también, conforme crecen, se convierten en protagonistas: pueden ayudar y motivar a los padres y a los hermanos para ser cada día más fieles a sus compromisos bautismales.
Entre los muchos caminos que existen para cultivar la fe en familia, nos fijamos ahora en tres: la oración en familia, el estudio de la doctrina católica, y la vida según las enseñanzas de Cristo.
Muchas de las ideas que siguen son simplemente sugerencias o pistas de trabajo. La actitud de fondo que debe acompañarlas, el amor verdaderamente cristiano, da el sentido adecuado a cada una de las acciones que se lleven a la práctica. Un gesto realizado sin profundidad puede secar el alma, puede perder su eficacia. Es posible, sin embargo, iniciar algunos actos sin comprenderlos del todo, pero con el deseo de que nos conduzcan a una actitud profundamente evangélica, a un modo de pensar y de vivir que corresponda plenamente con lo propio de nuestra vocación cristiana.
1. La oración en familia
La oración es para cualquier bautizado lo que es el aire para los seres humanos: algo imprescindible.
Aprender a rezar toca a todos: a los padres, en las distintas etapas de su maduración interior; a los hijos, desde pequeños y cuando poco a poco entran en el mundo de los adultos.
La oración en la vida familiar tiene diversas formas. El día inicia con breves oraciones por la mañana. Por ejemplo, los padres pueden levantar a sus hijos con una pequeña jaculatoria; o, después de asearse o antes del desayuno, todos rezan juntos una pequeña oración (el Padrenuestro, el Ave María, parte de un Salmo o del Magnificat, etc.).
Otras plegarias surgen de modo espontáneo, según las necesidades de cada día. La familia reza por el examen de selectividad, por la situación de la fábrica donde trabaja papá o mamá, por las lluvias, por el eterno descanso del abuelo...
Son muy hermosas aquellas oraciones que recogen la gratitud de todos y de cada uno. Esas oraciones pueden fijarse en los hechos más sencillos: ya funciona el frigorífero, tenemos pasteles para la merienda, se acercan las vacaciones. O pueden dar gracias por hechos más importantes: el amor entre papá y mamá ha sido bendecido con un nuevo embarazo, acaba de nacer un nuevo sobrino, el abuelo ha superado la pulmonía, un amigo ha ido a encontrarse con Dios...
El clima de oración se prolonga a lo largo del día. Para ello, ayuda mucho crear un hábito de “jaculatorias”, pequeñas oraciones espontáneas que dan un toque religioso a la jornada. “Señor, confío en Ti”. “Creo, Señor, ayúdame a creer”. “Te alabamos, Señor, porque eres bueno”. “Gracias, Señor, por esto y por esto”. “Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo”...
La hora de comer permite un momento de gratitud y de unión en la familia. ¡Qué hermoso es ver que todos, junto a la mesa, rezan! Algunos hogares recitan el Padrenuestro; en otros, los padres y los hijos se turnan para dirigir una oración espontánea antes de tomar los alimentos.
Otro momento de oración consiste en el rezo del Ángelus (se puede rezar hasta tres veces en la jornada, o si se prefiere al menos a medio día) y del Rosario.
Para los niños (y para algunos adultos también), a veces el Rosario resulta un poco aburrido. Los padres pueden ayudar a los hijos a descubrir la belleza de esta sencilla oración, quizá enseñándoles a rezar primero un solo misterio, luego dos, etc., y explicando el sentido de esta hermosa plegaria dirigida a la Madre de Dios y Madre de la Iglesia.
Cuando llega la noche, la familia busca un momento para dar gracias por el día transcurrido, para pedir perdón por las posibles faltas, para suplicar la ayuda que necesitan los de casa y los de fuera, los cercanos y los lejanos. Es muy hermoso, en ese sentido, aprender a rezar por las víctimas de las guerras, por las personas que pasan hambre, por los que viven sin esperanza y sin Dios.
La oración constante ha permitido a la familia, chicos y grandes, descubrir que la jornada, desde que amanece hasta la hora de dormir, tiene sentido desde Dios y hacia Dios. Todo ello prepara a vivir a fondo los momentos más importantes para todo católico: los Sacramentos.
Si el Sacramento de la Eucaristía es el centro de la vida cristiana, también debe serlo en el hogar. La familia necesita descubrir la belleza del domingo, la maravilla de la Misa, la importancia de la escucha de la Palabra, la participación consciente y activa en los ritos.
Participar juntos, como familia, en la misa del domingo es una tradición que vale la pena conservar. También cuando los hijos son pequeños. Los padres pueden enseñarles, poco a poco, el sentido de cada rito, las posturas que hay que adoptar, el respeto que merece la Casa de Dios. Son cosas que luego quedan grabadas en los corazones para toda la vida.
La semana se vive de un modo distinto si arranca del domingo y desemboca en el domingo. Durante la semana, la familia busca vivir aquello que ha escuchado, que ha vivido en la celebración eucarística dominical. A la vez, se prepara con el pasar de los días para el encuentro íntimo y personal con Cristo que tendrá lugar, Dios mediante, el domingo siguiente.
Ayuda mucho, en este sentido, hacer “visitas” a Cristo eucaristía durante la semana, de forma personal o en pequeños grupos (el padre o la madre con algunos hijos, varios hermanos juntos, etc.). También es muy provechoso, entre semana, recordar en casa cuál fue el evangelio del domingo anterior, o dar pistas para abrirse a los textos sagrados que serán leídos el domingo siguiente.
Además de buscar maneras para vivir mejor la Eucaristía, también es hermoso recordar el aniversario del bautismo de cada miembro de la familia. Si celebramos el nacimiento, ¿por qué no celebrar también el día en que empezamos a ser hijos de Dios y miembros de la Iglesia? Algo parecido podría hacerse con la confirmación, un sacramento que debemos valorar en toda su riqueza y que debemos tener muy presente en un mundo hostil al Evangelio.
En cuanto al matrimonio, el aniversario de bodas suele ser recordado por muchas familias católicas, incluso con la ayuda de algún día de retiro espiritual. En ese día, los esposos pueden renovar sus promesas matrimoniales, o hacer un momento de oración familiar con los hijos, quizá con la lectura en común de algún texto bíblico (por ejemplo, Tb 8,5-10, o Ef 5,21-33).
Un sacramento que merece ser vivido por todos los miembros de la familia es el de la Reconciliación (la confesión). Los niños quedan muy impresionados cuando ven a sus padres pedir perdón, de rodillas, en un confesionario. No es correcto, desde luego, recurrir a presiones para que se confiesen. Pero sí es hermoso enseñarles lo que es el pecado, lo grande que es la misericordia divina, y cómo la Iglesia pide que nos confesemos con frecuencia.
Un ámbito de la oración familiar se construye con la ayuda de imágenes de devoción. No basta con colocar aquí o allá un crucifijo, una imagen de la Virgen o el dibujo de algún santo. La imagen tiene sentido sólo si evoca y eleva los corazones a la oración y a la confianza en un Dios que está muy presente en la historia humana.
En algunos hogares existe un cuartito en el que se encuentra una especie de “altar de la familia”, donde todos se reúnen algún momento del día para rezar juntos, o donde cada uno puede dedicar un rato durante el día para meditar el Evangelio y dialogar de modo personal con Cristo. La tradición es hermosa, pues así es posible tener un lugar concreto donde todo ayuda a pensar en el Dios que tanto nos ama.
Existen otros modos para fomentar la oración en familia que se refieren a los tiempos litúrgicos. Por ejemplo, preparar un Belén en casa y tener ante el mismo momentos de oración y de cantos; ayudarse de la “Corona de Adviento” o de otras iniciativas parecidas para prepararse a la Navidad; dar un especial relieve a la Cuaresma como tiempo de oración, limosna y sacrificio; participar intensamente en la Semana Santa, de forma que permita a todos unirse íntimamente a Cristo; descubrir en familia el sentido gozoso de la Pascua y de Pentecostés, que ayude a participar del triunfo de Cristo y a descubrir la presencia del Espíritu Santo en lo más íntimo del corazón cristiano...